Aproximación: La aldea de Pendia se encuentra en la carretera AS-12 a 5 Kms de la capital del concejo. Si salimos de Boal, pasado el pueblo de Pendia, encontramos una carretera que entra a la derecha; si venimos de Navia, tras 18 Kms encontramos dicha entrada, a la izquierda.
La estrecha carretera desciende a lo largo de varias curvas cerradas hasta cruzar el río por un puente. Nada más cruzarlo y empezar a subir, hay sitio para aparcar un par de coches: es el lugar donde sale el camino hacia el castro (1,7 Kms desde la carretera general).
Acceso: El camino ancho y ligeramente ascendente avanza en un principio recto por la ladera, llega a una curva cerrada y, al poco de cambiar de dirección, encuentra a la derecha la corta senda que termina en el castro. El recorrido total se realiza en unos diez minutos.
Pendia es un pequeño castro situado sobre un espolón que se encaja dentro de un meandro que dibuja el arroyo del mismo nombre. Se encontraba rodeado de una muralla que termina, por el sur, en una alta torre que protegía su parte más vulnerable. También tenía un foso excavado en la roca.
Fue habitado hasta el siglo II si bien se habla de posibles ocupaciones posteriores en los siglos V y VI. Se relaciona con el interés mostrado por los romanos por los yacimientos auríferos del occidente asturiano.
Las construcciones se disponen en dos zonas bien diferenciadas, separadas por una muralla. La zona baja en la que se puede observar una edificación amplia, alargada y única, era la acrópolis, la zona comunitaria. La parte alta contiene estructuras sencillas y circulares que eran usadas de forma individual, y también alberga dos saunas rústicas fácilmente diferenciables del resto. Estas saunas constan de vestíbulo, cámara de vaporización y horno. Durante tiempo se relacionaron con ritos funerarios de incineración debido a la evidencia de la utilización del fuego.
Fue excavado en el año 1941.
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