Haciendo la ruta del Oso entre Tuñón y Villanueva de Santo Adriano, me encontré este detalle:Al lado tenía la siguiente explicación: Actualmente la cal se fabrica industrialmente, pero antiguamente, la producción artesanal cubría las necesidades inmediatas de las poblaciones rurales.
Se usó como fundente en operaciones metalúrgicas y alfarería, para realizar crisoles de altísima temperatura; deshidratación de líquidos y desecación de espacios y productos variados; elaboración de azúcar, fabricación de potasa, sosa, amoniaco, cloruro de cal; depuración de la cal, curtido de pieles, obtención de cal sodada; cal hidráulica y otros usos de lo más variado.
Como puede observarse, estos usos corresponden a procesos industriales propios del siglo XIX y primer tercio del XX; en los casos más precoces al s. XVIII, como ocurre con el importantísimo descubrimiento de la cal hidráulica.
La típica calera se dividía en dos partes, el hogar y la parte alta delimitada con un vuelo que permitía apoyar la bóveda construida con las piedras a calcinar.
Una vez acabado el cerramiento, se aplicaba sobre las paredes del horno una capa de arcilla para evitar la dispersión del calor.
El recubrimiento de la calera consistía en posar las piedras en equilibrio, sin colante, para construir una bóveda sobre el hogar.
Completada la bóveda, se llenaba el horno para permitir a la llama pasar por las capas de piedra de modo homogéneo.
Una entrada era cavada en la parte baja para alimentar el horno con el combustible.
El horno era alimentado con arrobas de leña seca, de matas espinosas o de boj, que tienen un poder calorífico alto.
La calcinación duraba tres días, periodo durante el cual se debía mantener constante la temperatura de la caldera entorno a 1000 grados.
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