A quien se encuentra por primera vez en la subida al puerto de Tarna y divisa el pueblo tarnín, le llamará la atención esa distribución lineal y atípica de un pueblo de montaña. Podría parecer que un lugar así, aparentemente moderno, no debiera de tener una historia muy densa, pero nada mas lejos de la realidad, todo lo contrario. Basta leer la cronología publicada hace algún tiempo en prensa.
Año 987: Existía el monasterio de San Pedro y San Pablo. Año 1300: Los monjes del monasterio pleitearon con el concejo casín por la titularidad del puerto. Y consiguieron que se les reconociese la propiedad como suya. Año 1499: El puerto era administrado por una condesa que al irse del pueblo lo deja en propiedad a los vecinos de Tarna. Año 1774: Existen escritos de arrendamientos entre los vecinos y los trashumantes. Año 2006: Los vecinos siguen como propietarios del puerto de Tarna.
Lógicamente, los vecinos de Tarna tienen que estar muy orgullosos de albergar una pertenencia tan valiosa. La historia que se cuenta no tiene por que ser exacta pero según cuentan los paisanos mayores, sus antepasados afirmaron que más arriba del pueblo había un castillo y que en el puerto había un gran monasterio en honor a San Pedro y San Pablo, patronos de Tarna. Los monjes que habitaban en el monasterio eran los propietarios del puerto y al irse ellos a vivir a León, la propiedad pasó a manos de la condesa del castillo que diariamente convivía con la gente del pueblo. La condesa, al dejar Tarna, regala el puerto a los vecinos. En su honor la fuente del pueblo a la que van diariamente a coger agua pasa a llamarse la fuente de la condesa.
Un hecho similar al anterior también ocurrió en Ventaniella donde la casería que se levanta junto a la ermita perteneció a los monjes Bernardos de la orden cisterciense hasta comienzos del siglo XVIII, momento en el que es abandonada para pasar a pertenecer a los vecinos de Sobrefoz.
Otra historia a tener en cuenta en el puerto, es la del paso del camín Real. Una vía abierta en tiempos del emperador Augusto. Los romanos la iniciaron para que fuera testigo de los dos mil años de historia, cambios de vida y costumbres. Por este paso se trajinaban madreñas, nueces y avellanas casinas hacia León. Los salazones pasaban desde Lastres y Colunga en la costa astur hasta Boñar, Lillo y Valdeburón. También peregrinos entraron por Tarna hacia San Salvador y Santiago.
En el siglo XIX cuando Asturias toma partido en la primera Guerra Carlista, entraba por el puerto de Tarna una columna de tres mil hombres, mientras otras fuerzas afines lo hacían por Unquera. La columna carlista venía desde León y llegaría a encontrarse en Oviedo con una defensa heroica y acertada. El carlismo se debilitaría rápidamente y los realistas llegarían a controlar todo el Principado. Esta vez Tarna había sido sólo un camino para la guerra. Cien años más tarde, La Guerra Civil hace parada y fonda en el pueblo ya que es totalmente devastado durante los bombardeos de la contienda.
Antes del bombardeo sobre Tarna, en León los sublevados ocuparon casi todo el territorio excepto el Bierzo, Laciana y un sector de la zona montañosa, que estarán en manos republicanas hasta finales del mes de Octubre de 1937. Al inicio de la guerra, la línea divisoria del frente se situó en la línea que teóricamente unía estos enclaves: Riaño-Puebla de Lillo-Boñar-La Vecilla-La Robla-La Magdalena-San Pedro de Luna-San Emiliano-Puerto de Leitariegos. En los primeros combates, tres columnas de las fuerzas sublevadas habían salido de Boñar, Cistierna y Riaño, respectivamente, llegando a dominar localidades como Maraña, Puebla de Lillo y Valdeteja. Estos dominios al principio fueron temporales debidos a los contraataques republicanos, que en agosto del 36 recuperaron Puebla de Lillo y otras localidades. Posteriormente, en mayo de 1937 va a tener lugar la última acción ofensiva republicana, comenzando por los puertos de Tarna y de San Isidro, con una 1º línea de trincheras en Cofiñal. Sin embargo, en septiembre de dicho año se va iniciar la ofensiva final franquista al mando del general Ceano, quien liderando la Agrupación de Lillo va a romper el frente por Camposolillo. El 29 de Septiembre, ya se controla la carretera de Cofiñal a Tarna y comienza la ofensiva sobre Asturias que empieza arrasando Tarna la primera semana de octubre de 1937, durante el enfrentamiento de las tropas republicanas de El Coritu con las brigadas navarras de Muñoz Grandes que buscaban el acceso a la zona central de la region. El día 21 de ese mismo mes de octubre, Gijón y Avilés, que hasta aquel día habían sido los últimos reductos republicanos significativos en el norte, incrementaban el territorio franquista y completaban la conquista de País Vasco, Santander y Asturias, para cerrar así una de las fases de la guerra. La siguiente, ya en el año 38, se dirigiría hacia el valle del Ebro y Cataluña. El Servicio de Regiones Devastadas en la posguerra reconstruyó Tarna con una estructura alineada que sigue sorprendiéndonos. La posguerra trajo además la apertura de la carretera del puerto (1935). El final del siglo XX sobresaltó al paisaje con una línea de alta tensión que frenó de repente al encontrarse con las alegaciones del Parque regional de Picos de Europa de León al otro lado. Fotos: Pueblo y puerto de Tarna.
muchas gracias por esta información!!
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