RUTA: Puerto de Vegarada - Peñas de Faro - Pico Huevo.
APROXIMACIÓN: A 7 Kms. de Cabañaquinta, subiendo hacia el puerto San Isidro, se encuentra el pueblo de Collanzo. En el centro de este lugar, hacia la derecha, tomamos la carretera a Casomera (a 6 Kms.).
Al salir de Casomera, encontramos una bifurcación en la que tomamos a la derecha hacia La Paraya. Allí, a la izquierda, subimos para atravesar las foces del río Aller y llegar hasta el pueblo de Rioaller o Rubayer. Las calles de cemento se empinan y estrechan hasta descansar en la plaza del pueblo, lugar de donde sale la pista de cemento que sube a Vegarada. La parte inicial, aún en el pueblo, es muy empinada. Después el piso de hormigón se termina en una curva a la izquierda donde la pista que tenemos que seguir, continúa de frente con piso de tierra (Collanzo - Rioaller 9,5 Kms / Rioaller - Vegarada 8,5 Kms).
Los ocho Kms. largos de pista entre Rioaller y Vegarada suponen más de dos horas de camino. Se puede hacer en todo terreno o incluso en vehículo normal, aunque este último caso no es lo más apropiado.
LOCALIZACIÓN: La ruta discurre por la divisoria de provincias. Faro es límite entre Aller y León. Huevo es de León.
DESNIVEL: 625 m. Vegarada (1550 m) Pico Faro (2112 m) Collado intermedio (2086 m) Pico Huevo (2155 m).
TIEMPOS: Vegarada 1h 5’ Puerta de Faro 20’ Pico Faro 15’ Pico Huevo 1h 10’ Vegarada. Total 2h 40’.
DESCRIPCIÓN: La ruta que vamos a seguir marca una orientación clara hacia el sur y un objetivo visible que es la Puerta de Faro, paso abierto a la izquierda de las peñas de Faro y que se observa claramente desde el puerto.
La senda sube por la vaguada sin ningún problema, siempre que evitemos algún ramal que se va hacia la derecha con la intención de cruzar hasta el collado La Muezca.
Pasamos al lado de la inmaculada vega de Faro, sólo interrumpida por los meandros del arroyo. Nosotros subimos por la derecha de ella a buscar el pedrero por el que la senda alcanza la Puerta.
Para subir al pico Faro, lo hacemos justo por detrás de la peña, hacia la derecha buscando la mejor manera de superar la gravera (surco cercano a la peña). Ya en el alto, remontamos el último roquedo y encontramos la cruz colocada por G. M. San Bernardo en octubre del 84. El pico Faro o peñas de Faro, es cortado al norte y enseña como nadie la zona de Vegarada. Desde él se observa altanera la silueta de peña Redonda y destacan, al otro lado del puerto, Nogales y Jeje. Las formas de la caliza son diferentes.
El paso hacia el pico Huevo se hace de forma sencilla, por la senda cercana la cumbral. Un viejo y oxidado buzón, colocado el 6-10-1974 por Javier G. de Moreda, aún resiste el paso del tiempo dando vista al pueblo de Redipuertas.
El descenso es conveniente realizarlo acercándose hacia la subida que hicimos al pico Faro, evitando en lo más posible la bajada resbalosa en la gravera. Fotos: Puerta y vega de Faro / Detalle peñas de Faro / Huevo d. Faro.
LA ANÉCDOTA (extraído de Internet): En los años 50 y 60 para acceder desde Asturias a los pueblos de la Montaña leonesa cercanos al puerto de Vegarada (Tolivia, Lugueros, Cerulleda, Redipuertas) había que tomar el tren de RENFE desde Asturias a La Robla (León), hacer trasbordo y subir al tren de madera FEVE denominado "tren burra", debido a su "vertiginosa velocidad" que nos llevaba hasta La Vecilla, aquí se tomaba (previo aviso) el Land Rover de Valentín, que a través de una carretera con piso de piedra y plagada de baches, nos llevaba al destino (en mi caso Cerulleda). Cuando llegábamos, los labradores (reflejados en la novela LOS BRAVOS de Jesús Fernández Santos 1.926-1.988, hijo predilecto de Cerulleda) que estaban en la montaña interrumpían su labor y bajaban para ver quién había llegado, las mujeres por aquel entonces estaban totalmente tapadas excepto por una pequeña abertura a la altura de los ojos ¡para no ponerse morenas! El que apareciese un coche por aquel lugar era todo un acontecimiento.
La vuelta la hacíamos a pié, mis padres y sus cinco hijos íbamos con unos caballos que alquilábamos en el puerto de Vegarada, los cuales eran entregados el día anterior. Madrugábamos a las 5 ó 6 de la mañana y hacíamos la ruta (Cerulleda, Redipuertas, puerto de Vegarada, Rioaller, Casomera) andando hasta Casomera, pues no había carretera, allí se soltaban los caballos que ellos solos volvían a su casa. Desde Casomera un autobús nos acercaba a Collanzo desde donde partíamos en el tren Vasco-Asturiano (FEVE) hasta la Cuenca Minera. En cierta ocasión, con una niebla cerrada (en éste caso había que dejar a los caballos en libertad pues ellos se orientaban y tomaban el camino a Casomera), aparecieron unos perros que uno de mis hermanos, lleno de pánico, confundió con lobos e hizo que para calmarles les soltase una ristra de chorizos, cecina, empanada........En hacer éste último recorrido se tardaba menos tiempo que en el primer caso.
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