Patana desde la collada Cadavales |
RUTA: AZORERA (curva cerrada anterior) - LOS CADAVALES - LA PATANA
(Sierra de la Cabra).
PUNTO DE PARTIDA: Curva cerrada anterior
al pueblo de Azorera.
Dejamos la carretera AS-15 que va junto
al embalse de La Barca y tomamos la AS-310. Encontramos a 2 Kms. el pueblo de
Tuña (pueblo ejemplar de Asturias año 2000). Pasada la plaza del Riego situada
en el centro del lugar, buscamos la primera salida por la izquierda hacia el
río, atravesando un puente. Este itinerario pasa por Puentecastro y, a su
salida, encuentra una bifurcación en la que seguiremos por la izquierda hacia
Genestaza y Azorera (Tuña - Genestaza 9 Kms / Genestaza - Azorera 2,5 Kms).
LOCALIZACIÓN: La
ruta discurre por el concejo de Tineo hasta Los Cadavales, donde pasamos al
concejo de concejo de Cangas de Narcea y posteriormente, en la collada
Cadavales, enlazamos con el de Somiedo. La cumbre de La Patana es el entronque
de Tineo con Somiedo.
DESNIVEL: 756 m. (Azorera, curva cerrada anterior 770 m / La Patana 1526 m)
TIEMPOS PARCIALES: Curva cerrada anterior
a Azorera 1h 30’ Laguna Cadavales 25’
Collado Cadavales 35’ La Patana 1h 40’ Cuerva Azorera.
TIEMPO TOTAL: 4h 10’.
Bajando el valle de Genestaza |
DESCRIPCIÓN: Antes de llegar al pueblo de
Azorera, existe una curva que cambia el sentido de la marcha y se eleva hasta la
plazuela del pequeño pueblo tinetense. Es una curva a la derecha que incluye
dos giros cercanos. El primero de ellos, menos cerrado, deja a la izquierda una
pista amplia que entra hacia abajo, acercándose al río, es el que iniciará
nuestra ruta; el segundo, unos treinta metros más arriba y algo más cerrado,
deja otra pista a la izquierda que facilita la subida a la majada de Azorerina,
estando esta salida situada al lado de la portilla de un prado.
Volviendo al punto de inicio, la ancha
pista entra hacia abajo y comienza un recorrido referenciado al río Genestaza
que nos llevará hasta la zona de Los Cadavales donde el valle se abre y nos da
a elegir entre varias posibilidades.
El primer tramo de pista llega a cruzar
el río por un puente y avanza con piso empedrado por la izquierda del cauce.
Dejamos atrás algunos ramales, a la izquierda, que tendremos que soslayar, ya
que la referencia es siempre caminar lo más cerca posible del río que
llegaremos a cruzar de nuevo a más de media hora de la salida.
La pista se convierte en sendero por momentos y llegamos a unas amplias praderías,
un zig-zag posterior gana altura cerca de los restos de la braña La Estaca y se
acerca a la encrucijada de pistas que propone la imagen de una pequeña laguna
situada a la salida del valle. Por nuestra derecha, una pista en aparente buen
estado, baja hasta el pueblo de Ridera (Cangas de Narcea); de frente, por
encima de la laguna, vemos la salida de otra pista; y por la izquierda, casi en
dirección a la cumbre que nos interesa y de la cual vemos la torreta de la
cumbre, seguimos por una tercera pista que se bifurca a los cincuenta metros.
Omitimos la opción transversal izquierda
y continuamos de frente por la derecha que nos llevará hasta el collado
Cadavales (1348m), desde el cual damos vista al somedano valle del río Pigüeña.
Hacia la izquierda (N), la pista sigue a
lomos del cumbral y termina en la cumbre de La Patana, dominada por una gran
torre de telecomunicaciones. Techo de Tineo.
La vuelta, hasta el punto de inicio de la
ruta, la realizaremos por el mismo itinerario.
FANA DE GENESTAZA |
Al pasar con el coche por encima del colgado pueblo de Genestaza, nos encontramos con que la carretera atraviesa un arroyo de piedras, la mirada hacia el monte sorprende indiscutiblemente con un fenómeno geológico poco habitual en nuestro paisaje. La montaña se va derrumbando por un arroyo de grandes cuarcitas blancas que se interrumpe en aquellos escasos metros que dejan el paso hacia el pueblo de La Azorera.
La primera documentación sobre este fenómeno data del siglo XVIII. En 1858, Guillermo Shulz (1800-1877), figura más destacada de la geología asturiana en la primera mitad del siglo XIX, hablaba de la fana de Genestaza como la mayor de Arturias en su trabajo “Descripción geológica de la provincia de Oviedo”.
El pueblo conserva en la memoria grandes deslizamientos como los de 1963 y 1993. El viernes 30 de junio del 2002, el “volcán” blanco volvió a vomitar enérgicamente, dejando grandes piedras a pocos metros de algunas de las casas del pueblo.
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