No he podido encontrar el porqué de su nombre, quizás aún no esté escrito. Me inclino a pensar que Cabeza de Arcu viene de la altivez con que se eleva sobre sus vecindades además de constatar un importante repunte sobre las caídas a naciente del tan nombrado cordal de Retriñón. A lo del arcu se me ocurre una idea de pura lógica ya que si existe la posibilidad de observar la estructura geológica oriental de esta montaña encontraremos un arco de caliza que sobresale entre el bosque diferenciándola del resto de las montañas asturianas.
El pico Cabeza de Arcu (1602 m) está íntimamente ligado al cordal del Retriñón aunque se aparta de su núcleo principal que emana del desfiladero de Los Arrudos marcando importantes cumbres: Coriscau (1672 m), Peña La Tabierna (1742 m), La Muezca (1778 m), Retriñón (1862 m) y Maroma (1660 m). Su estructura custodiada por la collada L’Arcu, por el suroeste, y el colláu Caneyu, por el noreste, ocupa un solar totalmente casín y contribuye a rellenar el espacio entre la línea del Retriñón anteriormente citada y el pueblo de Caleao. Con esta misma finalidad se eleva finalmente y en la misma dirección la cumbre de Peña Rosques (1182 m), si bien esta última lo hace con una altura mucho más modesta.
Cabeza de Arcu se yergue en un paisaje descomunal, entre el valle de Xulió y desfiladero de Los Arrudos, dos de las insignias del paisaje que avala al Parque Natural de Redes en su frescura y riqueza. Así, mientras el sol pasa del desfiladero al valle, la cumbre permanece iluminada, aumentando la sed en el sudoroso estío o intentando distraer por un rato las bajas temperaturas del suelo invernal. Existen por ello dos maneras posibles de buscar su cumbre, dos maneras diferentes de encontrar sus horizontes y de encontrar sus recompensas. Ambas se amparan en el pueblo de Caleao, lugar privilegiado.
La primera de estas alternativas sigue el camino paralelo al arroyo Isorno que sale de la plazuela. Dejamos atrás una casa solitaria a la izquierda, entre el camino y dicho arroyo. Nada más pasarla hay una piedra grande que hace de puente y ya nos introduce en el camino principal hacia la mayá Xulió. El trazado del camino tiene una estructura más amplia y conservada que los desvíos, por lo que no es fácil perderse, aunque al ser varias las ramificaciones, un despiste puede proporcionar una caminata no deseada.
A poco de salir de Caleao hay una desviación hacia arriba que tenemos que soslayar y continuar caminando hasta pasar por encima de unos corrales después de un tramo llano de camino.
Dejaremos otras dos salidas hacia la derecha antes de llegar a cruzar el río totalmente seco que en invierno debe de tener cauce ya que hay un puente de madera un poco más arriba. Al otro lado hay un bebezón.
Lo primero que nos encontramos a continuación es una bifurcación que por la derecha sube hacia les caseries de La Felguerina y el colláu Pandefresnu, mientras que por la izquierda continua hacia Xulió. Iremos dejando más tarde tres desvíos a la izquierda que ascienden hacia el collado entre Cabeza de Arco y Peña Rosques, a la vez que el camino hacia Xulió se estrecha para convertirse en una senda que pasa por las cabañas de La Porquera, situadas al abrigo de las grandes rocas. La senda atraviesa de nuevo el cauce, donde también hay otro puente de madera un poco más alto, y se encamina ya finalmente hasta donde una portilla metálica nos da paso a las últimas curvas antes de llegar a la mayada. Allí, hace pocos años, aún se podía ver el funcionamiento de una mazapila.
La ascensión deja atrás Xulió y sube por las cercanías del cauce del arroyo para llegar a su parte más alta donde continúa por una estrecha senda hasta donde hay unos cuerrios de piedra. El sendero tuerce a la izquierda y sube hasta la collada L’Arcu. Desde Caleao hasta aquí fueron dos horas que viene a ser el mismo tiempo que si se sube desde los Arrudos.
La opción de los Arrudos sigue por esta ruta hasta el Prendeoriu, una vez pasado el lugar donde las peñas cierran el desfiladero. Poco después sale un camino por la derecha del que posteriormente parte una senda que se eleva en varios zigzags hasta pasar por entre las cabañas del Felgueru. El camino tuerce luego a la derecha y sigue ascendiendo hasta La Pandellina donde la ruta se hace más nivelada y traspasa una hermosa ladera que llega hasta la mayada L’Arcu. Por detrás de las últimas cuadras sale otro sendero que en un par de revueltas nos sube hasta la collada del mismo nombre.
Desde la collá hay que echarse hacia la izquierda según miramos la situación de la peña. Podemos subir por una vaguada en la que asciende la cola de un bosque les fayes frente al valle de Xulió. Terminamos coronando una espléndida atalaya, estirada y a la vez envuelta en la majestuosidad del cordal. Empleamos en esta subida cuarenta minutos.
En la memoria del año 1984 del Grupo de Montaña Ensidesa de Avilés se pude leer como en la salida del 25 de marzo del mismo año colocaron en su cima una cruz con el nombre del pico y su altura. Veinte años más tarde sólo hay un buzón colocado por el Grupo de Montaña Ensidesa de La Felguera.
La montaña casina posee muchos alicientes. Uno de ellos es encontrarse en lo alto de una de sus cumbres. Cabeza de Arcu, Retriñón, da igual. Poder disfrutar de esos momentos en los que parece que todo un territorio se postra ante nuestras curiosidades es como encontrarte con alguien que te trae muy buenos recuerdos. En esos momentos nos encontramos por encima de todo y no estamos hablando de dominio y de poder sino de constancia y tesón. La montaña lo exige.
El pico Cabeza de Arcu (1602 m) está íntimamente ligado al cordal del Retriñón aunque se aparta de su núcleo principal que emana del desfiladero de Los Arrudos marcando importantes cumbres: Coriscau (1672 m), Peña La Tabierna (1742 m), La Muezca (1778 m), Retriñón (1862 m) y Maroma (1660 m). Su estructura custodiada por la collada L’Arcu, por el suroeste, y el colláu Caneyu, por el noreste, ocupa un solar totalmente casín y contribuye a rellenar el espacio entre la línea del Retriñón anteriormente citada y el pueblo de Caleao. Con esta misma finalidad se eleva finalmente y en la misma dirección la cumbre de Peña Rosques (1182 m), si bien esta última lo hace con una altura mucho más modesta.
Cabeza de Arcu se yergue en un paisaje descomunal, entre el valle de Xulió y desfiladero de Los Arrudos, dos de las insignias del paisaje que avala al Parque Natural de Redes en su frescura y riqueza. Así, mientras el sol pasa del desfiladero al valle, la cumbre permanece iluminada, aumentando la sed en el sudoroso estío o intentando distraer por un rato las bajas temperaturas del suelo invernal. Existen por ello dos maneras posibles de buscar su cumbre, dos maneras diferentes de encontrar sus horizontes y de encontrar sus recompensas. Ambas se amparan en el pueblo de Caleao, lugar privilegiado.
La primera de estas alternativas sigue el camino paralelo al arroyo Isorno que sale de la plazuela. Dejamos atrás una casa solitaria a la izquierda, entre el camino y dicho arroyo. Nada más pasarla hay una piedra grande que hace de puente y ya nos introduce en el camino principal hacia la mayá Xulió. El trazado del camino tiene una estructura más amplia y conservada que los desvíos, por lo que no es fácil perderse, aunque al ser varias las ramificaciones, un despiste puede proporcionar una caminata no deseada.
A poco de salir de Caleao hay una desviación hacia arriba que tenemos que soslayar y continuar caminando hasta pasar por encima de unos corrales después de un tramo llano de camino.
Dejaremos otras dos salidas hacia la derecha antes de llegar a cruzar el río totalmente seco que en invierno debe de tener cauce ya que hay un puente de madera un poco más arriba. Al otro lado hay un bebezón.
Lo primero que nos encontramos a continuación es una bifurcación que por la derecha sube hacia les caseries de La Felguerina y el colláu Pandefresnu, mientras que por la izquierda continua hacia Xulió. Iremos dejando más tarde tres desvíos a la izquierda que ascienden hacia el collado entre Cabeza de Arco y Peña Rosques, a la vez que el camino hacia Xulió se estrecha para convertirse en una senda que pasa por las cabañas de La Porquera, situadas al abrigo de las grandes rocas. La senda atraviesa de nuevo el cauce, donde también hay otro puente de madera un poco más alto, y se encamina ya finalmente hasta donde una portilla metálica nos da paso a las últimas curvas antes de llegar a la mayada. Allí, hace pocos años, aún se podía ver el funcionamiento de una mazapila.
La ascensión deja atrás Xulió y sube por las cercanías del cauce del arroyo para llegar a su parte más alta donde continúa por una estrecha senda hasta donde hay unos cuerrios de piedra. El sendero tuerce a la izquierda y sube hasta la collada L’Arcu. Desde Caleao hasta aquí fueron dos horas que viene a ser el mismo tiempo que si se sube desde los Arrudos.
La opción de los Arrudos sigue por esta ruta hasta el Prendeoriu, una vez pasado el lugar donde las peñas cierran el desfiladero. Poco después sale un camino por la derecha del que posteriormente parte una senda que se eleva en varios zigzags hasta pasar por entre las cabañas del Felgueru. El camino tuerce luego a la derecha y sigue ascendiendo hasta La Pandellina donde la ruta se hace más nivelada y traspasa una hermosa ladera que llega hasta la mayada L’Arcu. Por detrás de las últimas cuadras sale otro sendero que en un par de revueltas nos sube hasta la collada del mismo nombre.
Desde la collá hay que echarse hacia la izquierda según miramos la situación de la peña. Podemos subir por una vaguada en la que asciende la cola de un bosque les fayes frente al valle de Xulió. Terminamos coronando una espléndida atalaya, estirada y a la vez envuelta en la majestuosidad del cordal. Empleamos en esta subida cuarenta minutos.
En la memoria del año 1984 del Grupo de Montaña Ensidesa de Avilés se pude leer como en la salida del 25 de marzo del mismo año colocaron en su cima una cruz con el nombre del pico y su altura. Veinte años más tarde sólo hay un buzón colocado por el Grupo de Montaña Ensidesa de La Felguera.
La montaña casina posee muchos alicientes. Uno de ellos es encontrarse en lo alto de una de sus cumbres. Cabeza de Arcu, Retriñón, da igual. Poder disfrutar de esos momentos en los que parece que todo un territorio se postra ante nuestras curiosidades es como encontrarte con alguien que te trae muy buenos recuerdos. En esos momentos nos encontramos por encima de todo y no estamos hablando de dominio y de poder sino de constancia y tesón. La montaña lo exige.
Fotos: Cabeza de Arcu a la izquierda del Retriñón, sin nieve y Cabeza de Arcu asoma en la subida a La Fontona de Los Arrudos.
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