18 may 2008

Al Ferreirúa y El Privilegio




Los diez kilómetros existentes entre el pueblo de Páramo y el puerto de Ventana, posibilitan una ruta en travesía que posibilita captar la elegancia del pico Ferreirúa y recorrer los montes altos de la llamada tierra del Privilegio. Hay que disponer de dos coches, dejamos uno aparcado en el pueblo de Páramo y en el otro llegamos al punto de arranque de la excursión, Ventana (1587 m).

Salimos caminando del único puerto asturiano compartido por dos concejos (Teverga y Quirós). Hacia occidente, ascendemos una primera loma que choca contra un primer crestón, Cuervu, que podemos rodear por cualquiera de las dos partes para llegar a un collado trasero. A partir de esta depresión, solamente hay que seguir la línea divisoria para ir superando los sucesivos escalones. Así terminamos en la doble cumbre del Ferreirúa (1983 m), un destacado bastión en la espina dorsal de la cordillera. A un lado, el macizo de Ubiña eleva sus torres; al otro, los grandes volúmenes de las montañas somedanas. Por los dos flancos son superados los dos mil metros. Hasta aquí, una hora y tres cuartos, aproximadamente.
La travesía continúa descendiendo por la ladera de León y sigue hacia occidente hasta reposar en el collado Refuexu. Desde este collado es posible ascender fácilmente al pico L’Águila, un buen mirador de todo el valle del Privilegio y de la cara más puntiaguda del Ferreirúa.
Podemos también continuar hasta el siguiente collado de Las Navariegas, paso obligado para los habitantes de los pueblos de Babia leonesa (Torrebarrio y Torrestío) que practicaban la alzada antes de la llegada del frío invierno y se marchaban a Llanera, donde permanecían hasta la llegada de la primavera. El enlace de Torrestío con La Focella, atravesando la Cordillera, es un camino del que se piensa que pudo ser trazado por los romanos al igual que el vecino de La Mesa. Utilizado posteriormente para la expansión de los brañeros hacia tierras fértiles y ruta de paso frecuente de los trajinantes de Teverga hacia Castilla y viceversa.
Empezamos a descender con la braña del mismo nombre en nuestra mirada, el descenso es corto y llegamos a este singular sitio. Las Navariegas (1590 m) donde se descubren cabañas y corros, muchos ya derruidos por el paso del tiempo y el abandono provocado por el cese de la actividad pastoril. Los manantiales existentes en la braña son ferruginosos, característica generalizada en los materiales geológicos de la zona. De hecho, el nombre del pico Ferreirúa ya da pistas sobre los materiales.
Llevamos unas tres horas de camino y salimos de la braña por la parte de abajo, sin atravesar el arroyo, el sendero se mete entre escobas y bosque, se hace calzada y descubre el sonido de las cascadas del Xiblu. El riachuelo del Fundil o La Verde que baja desde la braña, llega al Xiblu y se precipita en forma de cascadas, en total tres. La más baja forma un salto de más de treinta metros. El nombre puede ser cualquiera de los siguientes: Xiblu, Xiblos, Silvo o Silvos. Todos son nombres usados con frecuencia. Atravesamos agradables tramos por el interior del bosque Braniella y terminamos en el cruce de La Ferviencia (1125 m) que era lugar habitual de espera en las cacerías del oso. Por la izquierda, camino ancho nos acerca al pueblo de La Focella desde dónde sólo nos queda tomar los tres kilómetros de carretera que nos llevan hasta el punto final de la travesía, Páramo. Poco más de cinco horas.

La Focella es tierra de privilegios. Uno de ellos es su situación, como dice uno de sus paisanos: “cuando bajaron desde arriba, el primer sitio llano que encontraron, allí se quedaron”, lo hace refiriéndose supuestamente a sus primeros pobladores. Aquel lugar era el pueblo de La Focella, un rellano a casi 1100 mts. de altura, totalmente en contraste con Villa de Sub, lugar que se puede ver al otro lado del valle, colgado bajo los recuestos de la sierra Sobia.

Otro privilegio, no sé si más importante que el anterior, es el que disfrutó este pueblo cuando Manulfo Bellido extendió su propio privilegio personal a Páramo (pueblo donde había nacido), Villa de Sub y La Focella. Manulfo era vasallo y caballerizo del conde Pelagius Froilaz, señor del Páramo, la Focella y otros lugares de Asturias. El motivo fue compensar una falsa acusación. No le dio tiempo a Alfonso V debido a su muerte, pero sí a su hijo Bermudo III en el año 1033. El llamado Real Privilegio o Privilegio del Páramo fue territorio independiente hasta el año 1827 en que se integró en el concejo de Teverga.

Privilegio es también –seguro que existen muchos más– el entorno. Entorno majestuoso, paisaje rico y estampas para enseñar. Entre los hórreos y las casas tomamos el primer contacto al lugar. El potru de ferrar nos enseña la laguna formada en una cubeta de origen glaciar que siempre acompaña a sus habitantes, más abundante en invierno y primavera. A principios del siglo XX, los vecinos hicieron una perforación en una de sus riveras para evacuar parte del agua y poder aprovechar los pastos liberados por el agua.
Fotos: Braña de Las Navariegas, pico Ferreirúa y laguna de La Focella.